Friday, February 23, 2007

Odio.

Eso es lo que engendró la campaña que se compró fecal en contra de AMLO. Pero de todos modos, desde antes un grupúsculo de gentes, cuyas características principales son ser temerosas, ya tenían un odio especial, racista en contra de AMLO. Por algún motivo, los mexicanos creemos siempre que somos superiores a los demás, y en profundidad eso no es más que un reflejo del terrible complejo de inferioridad que padecemos. Si se ven los comentarios prianistas en contra de AMLO, no tienen ningún fundamento real, todos son con respecto a ahumada, bejarano, robles, imaz; o en contra de su persona: naco, autoritario, mesías, demagogo, etc. No hay un razonamiento de fondo o siquiera una razón pequeñita, como "AMLO me robó tal cosa" o "en el gobierno de AMLO perdí mucho dinero" o "con AMLO hubo devaluaciones"; no existen, no hay razones, sólo adjetivos, en general los que ya lo odiaban desde antes son los más racistas; los que lo odiaron después de haber sido inoculados por la televisión y el radio, son los más miedosos; los que tienen miedo a los cambios; los que viven en un charco de mierda y así les gusta vivir porque ya se acostumbraron. Desafortunadamente, existe un odio real hacia el enano espurio fecal; se lo ganó, y sí se puede decir de él: me robó mi voto, me subió las tortillas, me mandó golpear, me mandó encarcelar, me mentó la madre, etcétera, etcétera. Y la verdad que todavía en México hay mucha gente conservadora y prefiere mantenerse odiando, y ser odiado, que entrarle al problema para dialogar y empiece el cambio verdadero, que se respeten las reglas del juego por todos y no sólo por los que no ostentan el poder. Afortunadamente de cada vez somos más que creemos que se puede cambiar al país de una manera pacífica y sin odios, sin tanta faramalla. Esos, los sinmiedo, tenemos que seguir luchando y hablando. Por el momento que chingue a su madre fecal por ratero.

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