La izquierda.

Prendes el radio para escuchar a Carmen Aristegui, y con lo que te encuentras sumergido en los anuncios, es la voz de salvador garcia soto (sí, el mismo que aseguró que existió una cena en la casa de aguilar camin donde se dijo el perdimos de AMLO, y que fue desmentido por el propio aguilar camín [para nada lopezobradorista], pero insistió que sus fuentes eran impecables; y que trabaja con el judío ezra shabot [sí, el mismo, que confesó al aire que había estado en una de las comidas, donde fecal cobraba diez mil pesos por tragar] en el hoy por hoy de la tarde [que así le tuvieron que poner para que alguien lo oyera, porque antes era un un programa de finanzas que nadie oía, y menos cuando empezó el weso]); que con una convicción de erúdito, dice que la izquierda en México debe definirse ya, que debe ser una izquierda moderna (lo que quieren decir es una izquierda más parecida a la derecha), una izquierda más parecida a las que hay en el resto del mundo moderno. Empieza el noticiero de la Aristegui, y el 50% del mismo es la voz de fecal, o algo que reportea (totalmente maquillado) alguien de lo que dijo, cagó, comió, suspiró o meó el fecal; supongo que es la cuota que le cobran por poder entrevistar a AMLO (darle 30 minutos cada dos meses; contra dos horas todos los días). Por otro lado, abres la jornada y te encuentras con un artículo de un personaje con cara de cerdo, aparentemente muy de izquierda; que cuando lo empiezas a leer, te empiezas a sentir en la España de franco; porque automáticamente los que apoyamos a AMLO y lo manifestamos, somos fascistas, estamos manipulados, nos mueven a conveniencia, no tenemos cerebro; pero todo lo anterior inmerso en insultos y loas al gobierno actual y a las izquierdas del 68 y del 88, donde todos los personajes sabían dialogar muy bien. En fin, que no sabes ni qué pedo con la izquierda. Seguramente, en los días siguientes, el que no tarda en abrir el hocico será el subcomandante bofes; para escupir algo de la CND. Pero aquí seguimos; no puedo decir que cada día seamos más, pero de ahí a que el movimiento se esté haciendo cada vez más pequeño, eso dudo mucho que esté pasando; seguimos luchando; y no nos desanimamos ni con los ataques de la derecha ni con los de la izquierda (que a veces son los que más duelen [no es el caso del cerdo columnista, ese nomás da grima], porque de la derecha ya se sabe perfecto qué esperar). ¡Es un honor estar con Obrador!