¡Qué machitos!
Hay que ver nomás el tamaño del miedo que tiene el espurio; tiene que mandar a dos pinches gorilas, que tragan de los impuestos que paga el compa que está en la foto (o sea que los gorilas espurios fecales tragan gracias a nosotros; ¿Qué chingados nos pasa que todavía seguimos pagando para que nos rompan la madre?). Muy hombrecitos el par de macacos maricones de la foto, que agarran a un compa, que le dijo sus verdades al naco de fecal; y para que sus oídos fecales no tuvieran que escucharlo, los macacos con sus armas fecales empujaron a este compa que estaba ejerciendo uno de los derechos más elementales de cualquier país y de los seres humanos, que es el de la libertad de expresión y de libre manifestación. Estos macacos algún día dejarán de mamar del gobierno y algún día tendrán que salir desarmados de sus casas, y tienen hijos, que seguramente no estarán de acuerdo con el espuriato y verán las fotos de sus papás macacos reprimiendo, y vendrá el día que desde su propia hogar les venga el reclamo a los macacos fecales y no les va a quedar otra más que suicidarse, porque no valen nada. Macacos fecales, valen verga; eso es lo único que valen, verga. Váyanse mucho a chingar a su madre, macacos fecales represores del espuriato.
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