Sobre la CNDH.

Al marranito de soberones ya le llegaron al precio. El fecal lo ha de haber cebado con unos cuantos milloncejos para su fondo de retiro (es lo de hoy, ya no te cooptan así nomás en efectivo, te hacen un fideicomiso para que cuando te cachen y te corran, o simplemente se acabe tu periodo mamando del erario, tengas suficiente varo como para sostener a varias generaciones). ¿Cómo está eso de borrón y cuenta nueva marrano soberanes fecal?¿Y las violaciones a los derechos humanos durante la primera semana de fecal en el poder qué, eso también es de borrón y cuenta nueva? Qué nos pasa como ciudadanos que ante estas evidencias de que unos cuantos nos pueden romper la madre cuando se les da la gana (nomás porque los miraste feo) y no hay justicia ni comisiones de derechos humanos que cuiden realmente del ciudadano; nos quedamos atónitos y no podemos hacer nada. Si salimos a la calle tenemos el riesgo de ser encarcelados, madreados, secuestrados, torturados (¿te suena eso puerco soberanes? Suena como a violación de derechos humanos ¿no?, es a lo que se dedica el enano de fecal en su gobierno represor, y tu le das el borrón y cuenta nueva); si hay un personaje que señala esos problemas y los manda al carajo con todo y sus instituciones, salen voces de todos lados tildándolo de loco, de alborotador, de mesiánico; y por otro lado los izquierdosos "rebel" (como julio hernández o luis villoro) de pusilánime, de caudillo, de "suavecito". Ese es nuestro presidente legítimo, que ha dicho una y otra vez, al diablo con las pinches instituciones de mierda de este país de chocolate; ¿qué institución representa alguien que se dedica a los derechos humanos y se sienta a la mesa con el mayor represor de la historia de nuestro país? Institución desechable, institución basura, institución acme, institución fecal. Hay que seguir informando de estas estupideces y anomalías que no deben prevalecer, y los que las cometen se deben enterar que no toda la gente está estupidizada por la televisión y no se dan cuenta de lo que está pasando en realidad. ¡Al diablo con el puto de soberanes, y su institución de chocolate!