Thursday, October 12, 2006

La columna de Guadalupe Loaeza.

Guadalupe Loaeza
¡T-a-b-a-s-c-o!

"No lo van a dejar ganar...", me escuché decirle a Enrique cuando tan amablemente me recibió en el aeropuerto. Se lo agradecí dos veces más. El avión de Tabasco había tenido un retraso de dos horas, es decir que en lugar de llegar a la Ciudad de México a las 10:25 p.m., llegué pasaditas las 12 de la noche. Yo estaba muerta de agotamiento, y él se veía muy pálido seguramente también por el cansancio y el sueño. No acabábamos de salir del estacionamiento cuando ya le estaba repitiendo la misma frase: "No van a dejar ganar a Ojeda...". En seguida reparé cuán triste era lo que había dicho. ¿Cómo era posible que hiciera un diagnóstico tan negativo hablando de unas elecciones supuestamente democráticas? ¿Cómo era posible que en el siglo XXI, en plena globalización y modernidad, todavía se pudieran hacer ese tipo de pronósticos que se solían hacer en nuestro país en la década de los sesenta? ¿Tan atrasados estamos todavía en nuestro país que no se puede confiar en la limpieza y en la transparencia de unas elecciones en un estado tan importante como es Tabasco? "Bueno, pero ¿y por qué no contarían los electores?", le pregunté a Enrique. Reconozco que la hora era muy tardía para empezar a hablar de política. Sin embargo, no podía dejar de sentirme abrumada por la posibilidad de que el candidato del PRI y sus huestes pusieran una vez más en marcha toda la maquinaria para lograr un previsible fraude. "No, Enrique, no van a dejar ganar a Ojeda, porque hacerlo significaría un triunfo para AMLO, pero sobre todo, un triunfo para su movimiento. Es evidente que lo único que quieren los priistas, con el apoyo de los panistas, es debilitarlo por completo, especialmente en su estado. Y claro que lo pueden lograr. En el PRI de Tabasco ha corrido todo el dinero que te puedas imaginar. Quién sabe cuántas despensas, materiales de construcción y bicicletas se han entregado contra la compra del voto. Por cierto, ¿sabes que la marca de las bicis la distribuye en Tabasco Ignacio Cobos, el íntimo amigo incondicional de Madrazo? Y claro que nadie dice nada. Miento. El diario Tabasco Hoy es el único periódico que dice lo que realmente sucede en el estado. Los otros diarios Novedades y Presente, cuyo dueño también es Cobos, naturalmente no dicen ni una sola palabra de esto. Esto que es corrupción, manipulación; traducido en un fraude previsible.

"Sí, ya sé que parezco disco rayado. Ya sé que ya nadie quiere escuchar hablar de conflictos electorales y postelectorales. Ya sé que la mayoría de las y los mexicanos ya le dieron la vuelta a la página y ni les importa lo que suceda en Tabasco. Ya lo sé. Pero, ¿sabes qué, Enrique? Que no puedo quedarme callada. Sería como faltarme el respeto a mí misma. Sería como incurrir en un acto de deshonestidad, como darme la espalda. Sí, ya sé que mis lectores ya no quieren que hable de política. Tal vez a muchas y a muchos les gustaría que les hablara mejor de 'Las Niñas Bien' o de 'Las Reinas de Polanco'. Sé que muchos de ellos me consideran incongruente (llevo más de 25 años escuchando el mismo reproche, por lo menos soy muy congruente en mi incongruencia), absurda y muy poco objetiva. ¿Verdad que siempre te he dicho que prefiero ser honesta que objetiva? ¿Tú crees que son incompatibles las dos cosas?

"No, no lo van a dejar ganar... ¿Por qué? Porque van a hacer todo por comprar el voto de los electores, especialmente el de los más pobres. Estamos tan acostumbrados los mexicanos a la corrupción, que este tipo de actos de mapachería, es decir el que regalen bicis y despensas, hasta nos parecen normales. 'Forma parte de nuestra cultura', pensamos. ¿No te parece totalmente inmoral que los propios tabasqueños denigren la dignidad de los tabasqueños menos favorecidos? ¿No te parece muy triste? Claro, soy una ingenua, una cándida, una romántica y, de paso, una idiota por indignarme por este tipo de acciones que siempre se han dado en la política mexicana. Claro, no sé nada de política, soy una improvisada que no entiende nada de nada... Okey... Pero Enrique, ¿no te parece terrible que después de haber visto a 5 mil mujeres gritando en apoyo de Ojeda, después de haber escuchado a tabasqueños bien informados decirme que prácticamente todos los municipios del estado están con el PRD (no te olvides de que en las elecciones presidenciales AMLO arrasó con más de 13 puntos porcentuales sobre Madrazo), algo me dice que no van a dejar ganar a Ojeda... por la sencilla razón de que se trata del candidato de la izquierda, apoyado por AMLO? Entonces, Enrique, si gana Granier ¿es gracias a las bicicletas, a las despensas, a los materiales de construcción, a la campaña sucia, a Madrazo y a Nacho Cobos? Y luego la clase política se sorprende por lo que pasa en Oaxaca, o por el hecho de que cada vez se detecten más grupos guerrilleros, grupos en rebeldía y grupos que dicen: ¡Ya basta! Y luego se asustan con movimientos como la APPO cuya única demanda es la cabeza de un priista, precisamente. ¿Y qué me dices de la cabeza de Marín? ¿Acaso no debería de rodar también?

"Dime, Enrique, ¿durante cuántos años más crees que se podría comprar la voluntad de los tabasqueños? ¿Cuántas bicicletas se necesitarán dentro de seis años cuando se lance el hijo de Roberto Madrazo como candidato a gobernador? Entonces sumarían 82 años, más seis, igual a ¡¡¡¡¡¡¡88!!!!!!! años de ser gobernados por el mismo partido. Qué maravilla, ése sí que es un récord. Y el único partido que lo puede lograr es el ¡¡¡PRI!!!

"¿Que qué les dije a todas esas mujeres que se reunieron en el Parque Garrido Canabal? Les dije que tenían que salir a votar el domingo 15, también les dije que había ido a verlas, por mis propias pistolas, sin que nadie me lo hubiera pedido, porque pensaba que su estado ya no podía ser gobernado por un partido moribundo que había quedado en tercer lugar. También les dije que la democracia consistía asimismo en la alternancia y que había que darle una oportunidad al PRD, un partido cuya consigna era lo mejor para Tabasco, es decir, primero los pobres.

"Pero, ¿sabes qué, Enrique? A pesar de todo su entusiasmo y su gana por apoyar a su candidato, me da la impresión de que no lo van a dejar ganar... Bueno, pero ¿su voto no va a contar?

"Ay, qué bueno que ya llegamos a la casa. Muchas gracias por haberme ido a recoger al aeropuerto... Estoy tan cansada..."

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