La columna de Federico Arreola.

				El accionista de referencia de Tv Azteca, Ricardo Salinas Pliego, durante un coctel de bienvenida ofrecido en el Alcázar de Chapultepec, en la víspera del inicio de los trabajos de la 62 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa, empezó su discurso citando a Hans Dietrich Genscher: “La prensa es la artillería de la libertad”. Y se siguió de corrido recitando frases bonitas acerca del trabajo de los periodistas: “En las sociedades contemporáneas, los medios de comunicación son la verdadera salvaguarda de las libertades individuales. Así como los medios de comunicación podemos ser los defensores de los derechos individuales de los ciudadanos, quienes trabajamos en los medios necesitamos de un ambiente de libertad para cumplir con nuestra función. Si nosotros no preservamos la libertad del trabajo periodístico, no podremos cuestionar e investigar a quienes ejercen el poder. Y si no lo hacemos, perderemos nuestra misma razón de ser. Pero la libertad debe también tener contrapesos. No podemos ser libres para gritar ‘fuego’ en un teatro cerrado, ni para exigir un genocidio de los grupos minoritarios de la sociedad, ni para demandar que se violen los derechos de los demás. No podemos ser libres para difamar y calumniar; no debemos ser libres para mentir y engañar”. Extraordinario discurso. Qué pena que cuando combatió a Javier Moreno Valle, el legítimo propietario del Canal 40, se haya sentido absolutamente libre para mentir y engañar acerca de la situación de este empresario, para difamarlo y calumniarlo. Si de algo jamás se va a sentir satisfecho el señor Salinas Pliego es del trato que en sus noticiarios le dio a Moreno Valle. Y no es el único abuso que en Tv Azteca se ha cometido. Ojalá sea el último.