Monday, October 16, 2006

La columna de Federico Arreola.

En las jornadas previas a las elecciones en Tabasco, militantes perredistas descubrieron grandes bodegas, pagadas por el gobierno del estado y puestas al servicio del Partido Revolucionario Institucional, en las que había miles de bicicletas, rollos de alambre y cubetas de pintura para ser utilizadas ayer 15 de octubre, día de los comicios de gobernador, para comprar votos a favor del candidato priista, Andrés Granier Melo.

Antes de las votaciones, el gobierno del estado, que siempre trabajó a favor del PRI, detuvo y torturó al menos a 30 perredistas, con el único propósito de intimidar a los simpatizantes de César Raúl Ojeda Zubieta, candidato a gobernador de la coalición Por el Bien de Todos. El gobernador Manuel Andrade tendrá que ser severamente juzgado por lo anterior.

Durante todo el proceso, los medios de comunicación se entregaron al priista Granier y se le cerraron a Ojeda.

Ayer domingo, día de las elecciones, el gobernador Andrade ordenó la detención de más simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos, incluyendo a la diputada Nancy Cárdenas.

El domingo 15 de octubre, en efecto, en Tabasco abundaron las agresiones contra los partidarios de Ojeda Zubieta y resultó sencillamente escandaloso el operativo de compra de votos con dinero en efectivo que encabezaron el PRI y el gobierno de la entidad. La policía estatal fue utilizada para proteger a los porros que golpearon a los perredistas.

El sistema electoral mexicano sigue siendo, por lo visto, el peor en el mundo. Es el reino de las trampas, de la mala fe, de la simulación, en suma, de la antidemocracia. Lo único que queda es seguir luchando, no perder el optimismo, mantener la dignidad en alto. Cueste lo que cueste, cualquiera que sea el precio a pagar.

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