Wednesday, November 08, 2006

El astillero de hoy.

Astillero

Julio Hernández López

Conejos negros

(Oportuno) terrorismo

Cristiada de terciopelo

Viajes familiares

Un beneficiario inmediato de las explosiones recientes ha sido el discurso de Felipe Calderón. Ayer, ante empresarios exportadores especialmente deseosos de escuchar pronunciamientos enérgicos de parte del fiscal electo, éste anunció la apertura destacada de un apartado sobre terrorismo en su venidero programa de gobierno. El abogado michoacano, que en seis años pretende cursar un doctorado en derecho penal, convocó: "Debemos trabajar arduamente para recuperar la capacidad del Estado para hacer frente a la delincuencia y al terrorismo". Heroico, el Ministerio Público Presidencial anunció sangre, sudor y lágrimas: "Nos va a costar trabajo, nos va a costar tiempo, nos va a costar recursos económicos también, hay que decirlo, y nos va a costar, por desgracia, muy probablemente también, vidas humanas. Pero sepan ustedes que para mí no hay otra alternativa; ésta será una batalla difícil, dura, pero la vamos a enfrentar y la vamos a ganar (...)".

El terrorismo como negro conejo sacado de aún más oscuros sombreros para justificar operaciones de presunta limpieza política e ideológica. El terrorismo elevado a la categoría de asunto central de Estado cuando los únicos actos que podrían encajar en esa clasificación son menores, confusos y sospechosos: bombazos quirúrgicos en la ciudad de México y oportunas granadas de mano en Ixtapa-Zihuatanejo a unas horas de que Calderón y Fox llegaran a ese lugar a reunirse con representantes del comercio exterior mexicano. La caída de las Torres Gemelas abrió el camino para que el entonces tambaleante Bush se consolidara en el poder mediante supresión de derechos civiles y manipulación mediática; las bombas "inteligentes" ­ni cámaras que las filmaran, ni testigos; en horarios propicios para causar solamente daños materiales­ podrían ser el banderazo de salida para que el futuro gobierno mexicano desde ahora tambaleante pretenda asentarse recortando derechos y libertades, y manipulando histerias sociales inducidas. Por lo pronto, Calderón aprovecha el tema y lo convierte en redituable bandera oratoria ante grandes empresarios, uno de los cuales, cervecero, Valentín Diez, dijo haberse confundido aunque en realidad no había tal yerro: "Vicente Calderón Hinojosa", le dijo al michoacano que, a como van las cosas, también podría acabar siendo llamado Felipe Fox.

El jefe formal de la Iglesia católica, PANberto PRIvera, amenaza con desatar una cristiada de terciopelo. Enojado porque algunos fieles le han hecho reproches en plena misa dominical, acusándolo de ser cómplice de los poderes establecidos ­el federal y el oaxaqueño­, el duranguense cardenal ha hecho que el arzobispado a su cargo anuncie una suspensión de cultos si el Supremo Gobierno no garantiza que al interior de la Catedral Metropolitana no haya expresiones públicas que incomoden al religioso que pica piedra política todos los días (el blindaje que pide el miembro destacado del grupo político a la sombra denominado Por México le alcanzaría para frenar protestas e ironías conforme avancen las indagaciones periodísticas sobre la protección a pederastas que ha dado el susodicho cardenal que es estrella del libro de Sanjuana Martínez que está por salir y en el que se habla del manto púrpura que protege a los curas abusadores de infantes).

Peléense las comadres y niéguense los viajes de placer. Monseñor Carlos Abascal pronunció una homilía temprana en la que exhortaba al pecador Ulises a que gobierne bien su casa o se despida de ella. "No hay de otra", sentenció el abad Scal, con lo que provocó la indignación de las buenas conciencias priístas que no entienden cómo un párroco de Gobernación se atreve a criticar a la piadosa capillita tricolor y al monaguillo Ruiz. La respuesta estuvo en el altar de San Lázaro, pues los diputados del PRI se negaron a apoyar la gira de Vicente Fox a Australia y Vietnam, país, el primero, al que el buen padre Chente quería viajar ­con cargo al erario, desde luego­ para visitar a la chiquilla Paulina que por aquellos lares vive y que según la prensa rosa está en camino de recibir a la cigüeña. Congruencia familiar foxista: comenzó el sexenio saludando a sus hijos en pleno protocolo legislativo y quiere dejar el poder yendo en avión oficial a saludar a una de ellos en el extranjero (por cierto, otro personaje de ultraderecha, el directivo de El Yunque, Emilio Goi-coechea, jefe de boy scouts, busca manto diplomático de última hora, pues Chente Fox quiere que lo nombren embajador en Canadá).

López Obrador al fin pudo pronunciar las siglas innombrables: APPO. El milagro lingüístico provino de una conversión política: tarde y mal había sido el primer acercamiento del tabasqueño al asunto de Oaxaca, y ahora se buscó subsanar esas deficiencias con una vehemencia oratoria andresina que ya no tuvo como acompañante discursivo a Porfirio Muñoz Ledo, y con un virtual allanamiento del Frente Amplio Progresista a las decisiones de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. El ex candidato presidencial anunció que el próximo martes encabezará otro acto de apoyo al movimiento oaxaqueño en la capital del país.

En Oaxaca parece instalarse una especie de resignación ante la virtual desaparición de poderes federales: Vicente ya no gobierna ­aunque sí sigue gastando el dinero público en cadena nacional informativa para quejarse de que no lo dejaron ir a visitar a su hija a Australia­ y Felipe tampoco ­aunque el diseño de las estrategias "contrainsurgentes" está a cargo de su presunto secretario de seguridad, Jorge Tello Peón­. En ese reino de la nada pareciera necesario un repliegue táctico (a tal grado que la APPO ha anunciado estar dispuesta a nuevas rondas de negociación si se cumplen ciertas condiciones de mediana dificultad), pero Ulises Ruiz está dispuesto a aprovechar cualquier opción de respiro para insistir en sus tretas provocadoras tanto a la APPO como al sedicente gobierno federal. Y los riesgos de incendio siguen presentes: ayer, por ejemplo, mujeres que marchaban en la capital oaxaqueña fueron repelidas con chorros de agua de las tanquetas federales.

Y, mientras Felipe Calderón paga el costo del desliz diplomático de ir a visitar a Bush luego de las elecciones legislativas en Estados Unidos, ¡hasta mañana!

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